Por ella, el entrenado se presenta ante sí mismo para revisar su hoja de ruta y poner los medios para seguir buscando su ideal de vida y el desarrollo de sus potenciales. La revisión es una dinámica de autoexamen diaria que consta de los siguientes elementos:

– Agradecimiento y reconocimiento de las oportunidades.

– Refrescar el objetivo y ver qué nos ha alejado y que nos ha acercado a él.

– Aceptar los hechos revisados como personales y encuadrarlos en las distintas facultades personales y ámbitos de vida: qué se refiere a decisiones, qué se refiere a estados de ánimo, qué se refiere a las relaciones con mis compañeros de trabajo, etc.

– Superarse: marcar líneas de solución para los errores constatados y señalar medios para fortalecer y sostener los aciertos.

– Revisión de metas personales.

– Terminar con un recuerdo de las determinaciones prácticas y los medios para lograrlas, y la autoconfianza para conseguirlas. Según las creencias religiosas de la persona, este puede ser un momento de agradecimiento y ofrecimiento.

Se realiza en dos momentos a lo largo del día o al terminar cualquier tarea completada.